Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Demasiado Tarde
Introducción
Luc. 13:22-27 “Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.”
1. Ministerio de Jesús. El ha tomado una decisión (Luc. 9:51) porque se cumplió el tiempo de ser recibido arriba, y se dirige a Jerusalén donde será hecho prisionero, juzgado, condenado y muerto; que es el designio de Dios desde la eternidad para salvar al hombre.
2. ¿Son pocos los que se salvan? (Luc. 13:23), depende de cada uno tomar la decisión de seguir a Jesús. Luc. 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Por tanto:
I) Esforzaos a entrar.
1. Por la puerta angosta (Luc. 13:24a) 1Tim. 6:12 “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” Jesús presenta la salvación como una casa en la que mucha gente desea entrar, pero el acceso es difícil, pues la puerta es estrecha; símbolo de la humillación, de la fe y el arrepentimiento el cual se manifiesta con el renunciamiento de aquellas cosas que dominan nuestra vida viviendo para el mundo, el renunciamiento es la condición para entrar al reino.
2. Ejemplo del Señor. Fil. 2:7 “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;” 1Ped. 2:21 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;”
3. Muchos procuran entrar (Luc. 13:24b) no podrán, no a causa de la voluntad de Dios; ¡Sino! Porque no habrán tomado una decisión que se cumple con la perseverancia, porque retroceden ante las humillaciones y dolores del arrepentimiento. 2 Tim. 4:10 “porque Demás me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crecente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia” (Jn. 16:32; 2Tim. 1:15)
II) La decisión tomada por el Señor.
1. Exhortación a velad. Mat. 25:13 “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” El Señor espera que entren los suyos, y estén preparados, que actúen con prudencia, que tomen la decisión velando, si no es así; no podremos huir del peligro cuando nosotros queramos, no corregiremos los errores de nuestra vida en una oracion, en un pensamiento, recordemos a los egipcios. Ex. 14:23-25 “ Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.” Pero Jehová había tomado la decisión, y cuando los egipcios quisieron huir del peligro, no lo pudieron hacer. v. 28 “Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.” Dios no salvo a los hijos de Israel por su incredulidad (Núm. 14:40-45); Recordemos a Esaú, hijo de Isaac Heb. 12:16, 17 “ no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.”
2. Un cristianismo de nombre Luc. 13:26 “Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.” Cuando es demasiado tarde, aunque los argumentos son literalmente verdaderos, sin embargo solo expresan relaciones enteramente externas con el salvado. Luc. 3:8 “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.”
3. El lugar de los reprobados. Luc. 13:28 “Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.” Nuestro Señor habla del lugar a donde los reprobados terminaran por ser alojados y la vista de una felicidad eterna; perdida por su propia falta, la cual será para el reprobado la fuente de punzantes lamentos de un dolor moral sin nombre que se expresa por gemidos y rechinar de dientes.
Conclusión
Recordemos la exhortación de Josué, escojan a quien van a servir (24:15) porque yo y mi casa serviremos a Jehová; la de Pablo 2 Cor. 6:1,2 “Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” Heb. 3:15 “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.” (Sal. 95:6-11)
-Hugo Camacho
1 de Noviembre de 2020