¿Como es obedecido el evangelio?
Las Dos Casas
El Señor termino el sermón del monte; y lo hizo detalladamente, estableciendo grandes principios fundamentales, básicos; primeramente hizo una descripción de sus discípulos, y como consecuencia vienen a ser: la sal de la tierra y la luz del mundo; El Señor continuo dando la verdadera interpretación de la ley, la cual fue totalmente diferente de la que enseñaban los escribas y los fariseos y nos enseño que: “la justicia de Dios” significa aplicar la palabra de Dios en nuestra vida; es decir: “vivirla” y nos da seis ejemplos de la palabra; en el capitulo seis; nos da un resumen de la vida cristiana, en dos aspectos; la vida religiosa, y la vida en este mundo y tanto en una como la otra, sujeta a tentaciones y a los afanes de este siglo; por ultimo en el capitulo siete, tenemos el gran principio de no juzgar y la gran regla de oro (Mateo 7:1-12).
En Mateo 7:13-14; El Maestro nos invita a la vez nos exhorta, planteándonos (A nosotros los discípulos) dos posibilidades; todo discípulo del Señor debe entrar por una de dos puertas y andar por el camino correspondiente; uno de ellos lleva a la perdición, y el otro lleva a la vida, por tanto, el Señor nos ayuda en este dilema, es decir en estas dos proposiciones contrarias, mostrándonos como reconocer y evitar las ingeniosas tentaciones y los peligros que Satanás utiliza para hacernos caer, por lo que el Señor continua con el mismo tema, o con la misma advertencia: la desobediencia, contentándonos solo con escuchar el evangelio y no obedecerlo; no ponerlo en práctica, en pocas palabras: “el peligro del autoengaño,” la Biblia tiene muchas indicaciones contra esto; ya consideremos el caso de los hipócritas inconscientes, los cuales estaban muy seguros de su salvación, y sin embargo quedaron desilusionados en el día del juicio cuando escucharon las palabras. Mateo 7:23 “Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Así que el Señor continua con una tercera parábola (Mateo 7:24-27) que nos habla de la caída de la casa; el Maestro utiliza esta serie de parábolas, pero en esta tercera utiliza un aspecto nuevo, recordemos la primera (Mateo 7:15-20) respecto del “falso profeta” fue para advertirnos de peligro de las apariencias, las cuales nos engañan, son personas: atentas cariñosas, amables, afectuosas en la conversación, están vestidas con piel de oveja; pero, en realidad son lobos rapaces, que engañan con facilidad, el Señor nos dice: Juan 7:24 “ No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” Todo el que venga a hablarnos, aunque sea afectuoso, aunque parezca cristiano, no necesariamente se tal; y aquí habrá que aplicar otra prueba. Mateo 7:16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”
La segunda parábola, nos advierte contra el peligro de engañarnos a nosotros mismos, en función de lo que creemos o del celo de nuestras actividades. Mateo 7:22 “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Se basaban en estas cosas, pero estaban equivocados; y lo principal, no había una comunión intima con el Señor, se engañaban así mismos; y en esta tercera parábola vamos a encontrar la advertencia contra el peligro de buscar y desear solo beneficios y las bendiciones de la salvación, basándonos en nuestra aparente posesión de ellas. No olvidemos que la enseñanza es para los cristianos, no es para inconverso, no está dirigida a personas que no tienen interés por el reino de los cielos, sino a personas que han estado escuchando el evangelio, que lo han aceptado y obedecido; es decir, la enseñanza es para miembros de la iglesia, toda la parábola resalta esto. Y también nos muestra la diferencia entre la persona que ha nacido de nuevo y ha venido a ser hijo de Dios y la persona que piensa, que cree que lo es; leamos pues Mateo 7:24-27 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Así que el Señor para resaltar esta distinción, nos presenta una comparación doble, es decir; hay dos hombres y dos casas, por tanto necesitamos examinar la parábola detalladamente; donde observaremos, semejanzas y diferencias, principiando con los hombres, notamos que tienen el mismo deseo, quieren construir una casas y disfrutarla con sus respectivas familias, que vivían cómodamente, se interesaban por lo mismo, las casas estaban en el mismo vecindario, incluso están una al lado de la otra, ya que el Señor nos dice que ambas casas fueron sometidas a las mismas pruebas, las casas tenían el mismo diseño, recamaras, sala, cocina, sala patio, etc. Es decir; aparentemente no había diferencia entre las dos casas exteriormente, excepción del cimiento, del fundamento; el cual no se ve; por otro lado a los dos hombres les gusta el mismo tipo de casa; así que tanto en los hombres, como en las casas no hay diferencias, o diciéndolo de otra manera, no se trata de una diferencia obvia, y este punto hay que recordarlo constantemente, porque Satanás nos trata de engañar sutilmente, y una vez mas, tanto en los hombres como en las casas; la diferencia no es evidente, recordemos al falso profeta vestido con piel de oveja, no tenía o no se encontraba diferencia con el verdadero profeta, superficialmente eran iguales, el falso profeta no ensena que no hay Dios, no enseña que la Biblia es el resultado de la inteligencia humana; NO, el falso profeta se le descubre examinándolo cuidadosamente; así que la diferencia entre las dos casas y los dos hombres; no se descubren cuando llegan las pruebas con la inundación y los vientos huracanados, eso ya no tendrá importancia, porque es el juicio v.27 “…aquella casa; y callo, y fue grande su ruina” El objeto de estas enseñanzas (Mateo 5, 6, 7) son para capacitarnos, para descubrir las diferencias, de manera que podamos protegernos a tiempo.
Hugo Camacho
6 de Octubre del 2019