Ofrecemos una variedad de articulos de sana doctrina y enseñanza biblica para aplicacion practica y crecimiento espiritual.
Mirad Las Aves Del Cielo
En el capitulo seis de Mateo, el Señor nos habla del peligro que el cristiano enfrenta; no solo haciendo tesoros, sino cuando nos interesamos demasiado por las cosas del mundo, nos afanamos por nuestra vida acerca de: que comeremos, que beberemos, y nos esforzamos por nuestro cuerpo, diciendo ¿Cómo lo vestiremos?; y, no es cosa de algunos, sino que casi todo el mundo vive totalmente dominado por este afán, dedicándole la mayor parte de su propia vida, así piensa y actúa el mundo, ese es realmente su interés, se preocupa de muchas formas, por lo que el Señor nos da esta enseñanza y así poder eludir esta trampa del mundo y de Satanás.
El primer aspecto se encuentra en: Mateo 6:26 y 27 “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” Estos dos versículos tratan de nuestra existencia y la prolongación de nuestra vida en este mundo; por tanto, tenemos dos argumentos para no afanarnos; el primero surge de: “Mirad las aves del cielo” El Señor nos invita a mirarlas, no a una observación intensa, sino a una mirada para aquello que esta frente a uno mismo ¿Qué es el argumento del Señor en su petición? Que esas aves siempre disponen de alimento, entendiendo que hay una gran diferencia entre la forma en que se sostiene la vida de las aves y la vida del hombre; en el caso de las aves, “alguien” les proporciona el alimento ; en el caso del hombre, hay un proceso bíblico: sembrar la semilla, recoger la cosecha que creció en la semilla, la almacena en graneros para conservarla, hasta que la necesita para alimentarse, así es como procede el hombre en la forma que le fue mandado. Génesis 3:19 “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás...” y el tiempo de sembrar y de cosechar lo determino Dios mismo. Génesis 8:22 “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.” Y así lo hace el hombre, por lo que el mandamiento de: “…no os afanéis…” no significa que nos sentemos y esperar que el pan llegue milagrosamente cada día; pero no debemos pasar nuestra vida mirando al cielo preguntándonos ¿Tendremos algo para guardar en el granero? El Señor llama a nuestra atención acerca de las aves, ellas están vivas gracias al alimento que encuentran en la naturaleza: gusanos, insectos, semillas etc.: todo está disponible para ellas, ¿De dónde procede ese alimento? La respuesta: Dios lo provee, es un simple suceso de la vida, y Jesús nos dice: “…que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros…” Esas aves no toman medidas para producir alimentos para ellas; lo tienen disponible, Dios cuida de ellas, por medio de su “providencia” esa disposición anticipada que conduce a la existencia de las aves.
Dios es el hacedor, el creador, el que sostiene todas las cosas; se ocupa de todo el universo y luego el Señor agrega: “…y vuestro Padre celestial las alimenta…” Dios es nuestro Padre celestial; y si nuestro Padre, cuida de las aves, con las que tiene solo una relación de providencial ¿Cuánto más no debe ser su cuidado por nosotros? Porque su relación es: una relación intima por medio de nuestro Señor Jesucristo; así que es algo fundamental; a lo largo de la vida en el mundo, observamos los hechos de la naturaleza, pero debemos mirarlos con entendimiento y concluir, que las cosas de la naturaleza no suceden porque sí, que no existen de manera fortuita, de casualidad, que hubo combinación de circunstancias que no se pudieron prever ni evitar: Dios, es el creador, el que sostiene todas las cosas, el es nuestro Padre celestial, por tanto el afán por que comer, que beber, que vestir; no deben existir en nosotros los cristianos, debemos recordar que lo que Jesús enseña, es doctrina solamente para los cristianos, ya que Dios trata de forma providencial a toda la humanidad. Mateo 5:45 “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.”Estas afirmaciones (Mateo 6:25-34) del Señor, se aplican a todos los que son hijos de Dios; el Padre celestial. Juan 1:11-13 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Por tanto si Dios es nuestro Padre celestial, y se ocupa de las aves del cielo, el tendrá mucho mayor cuidado de nosotros, al final del v. 26 nos dice: “…¿No valéis vosotros mucho más que ellas?...” Esto es el argumento de la verdadera grandeza y dignidad de la persona que es cristiana; el hombre fue creado a la imagen y conforme a la semejanza de Dios (Génesis 1:26)
Y Dios se ocupa de las aves; es decir, ellas tienen un valor delante de sus ojos. Mateo 10:29-31 “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.” Así que: contra el temor del hombre, el único remedio es la confianza en Dios, en el está la divina providencia que extiende sus cuidados hasta los seres más pequeños, ni uno solo perece sin su voluntad, el los creo, leamos el Salmo 104 que nos habla de su providencia: v.10 “Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes; Dan de beber a todas las bestias del campo;… A sus orillas habitan las aves de los cielos; El riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra…Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Los leoncillos rugen tras la presa, Y para buscar de Dios su comida. Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo.” Por tanto no os afanéis….continuara
-Hugo Camacho
3 de Marzo 2019