Acerca De La Salvación

Cuando nos congregamos el primer día de la semana, para adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:23 y 24); no solo hacemos memoria del sacrificio expiatorio de nuestro Señor Jesucristo, participando del pan y de la copa (1Cor. 11:23-26); sino que uniendo nuestras voces alabamos al Señor Ef. 5:19 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.” También elevamos nuestras oraciones, 1Tim. 2:8 “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” (Mateo 26:41); Nuestro Padre celestial nos bendice materialmente en nuestros trabajos, y de esas bendiciones 1Cor. 16:2 “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado...” y ofrendemos: 2 Cor. 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” Y muy importante; la predicación, la exhortación Tit. 2:15 “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.” El Señor nos exhorta a escudriñar las escrituras (Juan 5:39); el apóstol Pablo nos dice en Rom. 15:4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.” Y en (1Cor. 11:6, 11) nos dice que las cosas de antes sucedieron como ejemplos y nos amonestan.

El hermano del Señor escribe: Stg. 1:21, 22 “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Para poder dar razón de nuestra esperanza a todo aquel que nos demande razón de ella. 1Pedro 3:15 “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;” Y poder ser como el sumo sacerdote Esdras, que preparo su corazón, para inquirir la ley de Dios, vivirla y enseñarla a otros (Esdras 7:10); nosotros, hemos obedecido el evangelio, el cual es poder de Dios para salvación (Rom. 1:16); Así que, si alguno nos preguntase acerca de la salvación; ¿Qué responderíamos? Responderíamos: la salvación es:

1. El amor de Dios. Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Y lo dio, como siervo, hecho semejante a los hombres (Fil. 2:7); con el propósito de morir por todos. Heb. 2:9 “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.” y con esta muerte del Señor, darnos vida. Ef. 2:4 y 5 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).”

2. Vivir en el cielo. El Señor, la última noche con los apóstoles, les promete prepararles lugar en los cielos. Juan 14:2 y 3 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Nuestro Padre celestial quiere la salvación de todos. 1 Tim. 2:3-4 “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Dios es paciente a los que aun no obedecen al evangelio. 2 Ped. 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” En el Antiguo Testamento se encuentra la invitación y el testimonio de Dios para con su pueblo. Ezequiel recibe su mandato y lo pronuncia capitulo 33:11 “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”

3. Y esta en Jesucristo. La palabra de Dios afirma que solamente en su Hijo, el hombre encuentra la salvación, es decir no hay, no hubo, ni habrá otro ser que nos salve de la muerte eterna, que nos salve de la condenación. 1 Tim. 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Cuando el Señor les está hablando de su partida inminente, Tomas, uno de sus apóstoles, esta confundido y le dice al Maestro Juan 14:5-6 “Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”Esta afirmación del Señor elimina, borra toda pretensión de la religión que enseña que María, la madre de Jesús, intercede y salva al hombre. Y quita a todos aquellos que les llaman “santos” como Juan Diego, San Francisco de Asís, y muchos más. Cuando la iglesia tenía pocas semanas de establecida en Jerusalén, Pedro y Juan fueron puestos en la cárcel por la sanidad del cojo y predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (Hechos 3). El siguiente día, los presentaron ante el Sanedrín (la máxima autoridad en Israel); y Pedro, aprovecha esta oportunidad para predicarles el evangelio y también los acusa de haber dado muerte al Señor Jesús, terminando su predicación con las siguientes palabras. Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Y el apóstol Juan siendo ya viejo, escribe 1 Juan 5:11-12 “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

-Hugo Camacho

21 de Abril de 2019