Razonemos...Veamos Lo Obvio

Mateo 6:1-34 Nos habla de la vida del cristiano en su relación con el Padre celestial; es decir, que hago privadamente y delante de todos los que me rodean, dos aspectos que encierran mi vida cristiana ; mi vida religiosa y mi vida en el mundo; en el primer aspecto, como trato de hacer el bien (Mateo 6:2-4) mi vida espiritual en relación con Dios, la oración (Mateo 6:5-15) y el tercer asunto: el ayuno, es decir, mi vida espiritual en relación conmigo mismo (Mateo 6:19-34); pero estos tres asuntos: la limosna, la oración, y el ayuno son solo el aspecto de la vida religiosa; pero la cuestión de la vida del cristiano en el mundo (Mateo 6:19-34); con las ocupaciones de cada día, los negocios, asuntos comerciales, los asuntos de trabajo como dueño, mayordomo, empleado etc. ; nos hablan del grave problema al que nos enfrentamos en la vida mundana o vida en el mundo; la cual nos ataca severamente con dos situaciones que el Señor con infinita sabiduría nos previene para que no nos apartemos del propósito que el Padre celestial tiene para con nosotros; la primera situación tiene que ver con: no hacer tesoros en la tierra, sino hacerlos en el cielo (Mateo 6:19-24); el Señor hace énfasis en el peligro de hacer tesoros terrenales, estar al pendiente de ellos, mirando como aumentarlos, es decir, que el propósito que Dios tiene para mí, es ese “hacer tesoros terrenales.”

Nuestro Señor Jesucristo, continua con su enseñanza de la vida cristiana en el aspecto de la vida en el mundo; pero ahora nos habla del segundo asunto; ya no se trata de hacer tesoros; sino de la preocupación enfermiza, de ese “afán” que invade la mente del hombre; el Maestro nos hace ver que son dos cosas diferentes; algunos no son culpables de hacer tesoros, pero siempre están pensando en ellos, afanándose por las cosas , cristianos que se enfrentan con el problema de vivir materialmente; el peligro no es el de hacer tesoros, sino de verse agobiados por las cosas materiales, de afanarse por ellas, de obsesionarse por las cosas que pertenecen al tiempo y a este mundo solamente; y aquí está la sutileza, la habilidad de Satanás y del pecado, y por lo que el Señor nos explica, a Satanás no le importa la forma que toma el pecado, si hacemos tesoros o no hacemos; si nos afanamos o no nos afanamos, Satanás se complace, cuando el cristiano ocupa su mente en tesoros o en afanes y no se ocupa de Dios.

El objetivo de Satanás es, y siempre será, de que nuestra mente se afane por esas cosas del mundo. Escribe Pablo en: 2 Cor. 11:3 “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” El apóstol, durante su ministerio en el extenso imperio Romano, tuvo muchos enemigos que se decían ser apóstoles. 2 Cor. 11:13-14 “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” Para mantener nuestras mentes ocupadas en las cosas terrenales, y no en Dios, y el Señor quiere que no nos afanemos. 2 Cor. 2:11 “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” El Señor sabe que somos débiles, conoce el poder de Satanás y su habilidad para hacernos caer, así que nos fortalece con sus instrucciones, no solo nos da mandamientos, sino nos proporciona argumentos y nos da razones para salir triunfantes; presenta el problema a nuestro sentido común, es decir, la facultad que tenemos de juzgar razonablemente las cosas.

Mateo 6:25 a “Por tanto os digo…” Razonen, vean lo obvio, versos 25, 31, 34 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” El Señor nos conoce, sabe que no es suficiente decirnos su enseñanza una sola vez, sino que es necesario repetírnosla y en diferentes formas por lo que utiliza el método que Moisés utilizo con Israel antes que este entrara en la tierra prometida, y que practicarían continuamente. Deut. 6:1-9 Moisés: les presenta los mandamientos, estatutos, y decretos; para que los practiquen, para que tengan temor guardando todo lo que Jehová mando a ustedes y la descendencia, versos 6-9 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” Bueno, el Señor Jesucristo nos manda que no hagamos tesoros en la tierra, que no nos afanemos por las cosas del mundo, que no guardemos y practiquemos sus mandamientos y nos irá bien en esta tierra y en la vida eterna que nos espera.

Pensemos en el mandamiento de Jesús (Versos 25, 31, y 34) “…No os afanéis…” ¿Qué significa: “Afanes” directamente significan: No estéis “ansiosos” (Con deseo vehemente, con fuerza, vigor), significa no estéis “angustiados” afligidos (Lucas 12:29 tener pensamientos de orgullo, de ambición); Significa: olvidarnos del Padre, de su protección, y la mente se enfoca en la situación que nos aflige. Nuestra mente se divide, estamos ansiosos, el Señor mira el peligro de estar tan distraídos con los cuidados y ansiedades, que dejamos de mirar a Dios; ¡Pero! Debemos entender que : “…no os afanes…” no vamos a tomarlo en forma literal, y vivir una vida de “fe” y no tenemos que pensar en el futuro, no tener ninguna preocupación; solamente “pedir a Dios” y esperar; Pero no significa eso, debemos tomar el contexto cercano y el lejano; el Señor usa el argumento v. 26 “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” Pero sabemos que dichas aves, no se concretan a posarse sobre los arboles, sino que buscan con diligencia el alimento que Dios provee; ahora, Dios en Génesis 3:19 “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” Por tanto: no hay que estar angustiados, por que comer, que beber, que vestir, el Maestro habla de nuestra existencia en este cuerpo en el cual vivimos; así que, nos manda que no debemos estar ansiosos por nuestra vida, ni por cubrir nuestro cuerpo.

-Hugo Camacho

31 de Julio de 2021